lunes, 3 de noviembre de 2014

Modos de ser de lo sensible y de las ideas. Los dos mundos.




Ejemplo: Las cosas iguales se las conoce mediante los sentidos (y por ello cosas de este género se llaman cosas sensibles), en tanto que la igualdad no se la ve, ni se la toca ni oye, ni la capta ninguno de los otros sentidos, sino que se la conoce mediante la razón, mediante la inteligencia (por ello de la igualdad, de la belleza, la justicia, etc. se dice que son entes inteligibles).

Cosas  sensibles e ideas representan dos órdenes diferentes del ser, pero hay entre ambos una relación de semejanza o copia o imitación; relación que, al ver las cosas iguales, nos permite pensar en la igualdad, las cosas bellas se asemejan a la belleza, las cosas buenas al bien, las cosas justas a la justicia, etc. No podemos decir que un objeto es hermoso sin tener previamente el conocimiento de la idea de belleza. El conocimiento de las ideas lo adquirimos antes de venir a este mundo sensible. Platón dice que antes de nacer, el alma del hombre habitó el mundo de las ideas, donde las contemplo y conoció en su totalidad y pureza. Al venir a este mundo y a este cuerpo, atraviesa un rìo, el Leteo, el río del Olvido, y ese saber suyo de las ideas se olvida, queda latente, de manera que ahora, con ocasión de las cosas sensibles que ve, lo va recordando: al ver dos leños iguales “recordamos “a igualdad, al ver cosas bellas recordamos la belleza, etc.


Los caracteres de los dos mundos:


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